La Vanguardia, 17-008-2021. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, rompió ayer su silencio tras tres días de duras críticas recibidas por ordenar las devoluciones de los menores inmigrantes que permanecen tutelados en Ceuta desde mayo. Defendió por la mañana que los “retornos asistidos” de los niños se están ejecutando cumpliendo la ley, pero solo unas horas más tarde recibió varios reveses judiciales y políticos, que contradicen su postura: la justicia suspendió las expulsión programadas durante las próximas 72 horas, y se conoció que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, había pedido al presidente del Gobierno “intervenir” para paralizar el proceso “de inmediato”. El titular de Interior vuelve a situarse de nuevo en el centro del huracán, y esta vez los vientos no vienen solo desde el PP.
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